Dulce infancia en tu ser.
Fui testigo del dolor,
alma inocente del ayer.
En mis ojos la grabé,
misma sangre misma piel.
Como entender dilema aquel,
que nuestro abuelo pudo ser.
Oír tu voz enmudecer.
Fui testigo del dolor,
marcada en una sensación,
recuerdo ingrato de un rincón.
Perdido siento renacer,
en el sendero un hombre fiel,
quien tus lamentos abrazó,
sobre la tumba, un héroe cruel.
Soy ese chico de una vez,
que en el instante enamoré
y en lo perdido de tu ser
halle el amor de mi niñez.
Bulldro-id
